Los poemas escritos en los años pasados en Europa fueron agrupados póstumamente, en 1939, en el libro Poemas humanos. Hay, en Poemas humanos, una indudable continuidad con los libros anteriores, si bien se percibe la parvedad de lo erótico y la desaparición de ese hogar buscado antes con tanta devoción. Vallejo parece ahora encontrarse más desvalido; pero está rodeado, eso sí, de esa humanidad cuya salavación le obsesiona y por la que lucha con su palabra. Porque Vallejo -no lo olvidemos- es un luchador, sin ninguna vocación de plañidera, un vitalista frustrado que puede escribir: 'Hoy me gusta la vida muchio menos, / pero siempre me gusta vivir: ya lo decía' ('Hoy me gusta la vida mucho menos').