«28 de agosto. Ahora, cuando estoy escribiendo esto, tú no sabes nada, nada de lo que te espera, nada del mundo en el que vas a nacer. Y yo no sé nada de ti. He visto una ecografía y he puesto la mano en la barriga en la que reposas, eso es todo. Faltan seis meses para que nazcas y cualquier cosa puede suceder en ese tiempo, pero creo que la vida es fuerte e inquebrantable, que te irá bien y que nacerás sana y fuerte. Ver la luz, se dice.» Así comienza En otoño, primer volumen del llamado Cuarteto de las estaciones, el ambicioso proyecto de Karl Ove Knausgård tras el acontecimiento internacional que supusieron las seis entregas de Mi lucha.
Con el hilo conductor del nacimiento inminente de su hija, el autor se embarca en un nuevo proceso de escritura torrencial en el que conviven lo íntimo y familiar con las grandes preguntas universales. En su portentosa indagación, explora y exprime todo el potencial de la literatura más allá de los límites de la ortodoxia.
Este primer volumen de la serie consta de tres cartas dirigidas a la hija que se está gestando en el vientre de la madre y de una suerte de enciclopedia personal para explicarle el mundo que le espera. En ella el autor reflexiona sobre los temas más variopintos, combinando lo sublime y lo escatológico, lo divertido y lo trágico, lo aparentemente nimio y los conceptos más profundos... Una sucesión de pinceladas cotidianas y sagaces cavilaciones, en las que tanto caben las manzanas, las avispas y el sol como los pedos, la sangre y las meadas; y en las que Flaubert, Van Gogh y August Sander conviven con los chicles, las bolsas de plástico y los petroleros. El autor nos habla también de las medusas y la migración de las aves, de la soledad y el dolor, del amanecer y el crepúsculo, de las latas de conserva y las botas de agua, de los rostros y los labios genitales...
El resultado es un libro heterodoxo y deslumbrante. Karl Ove Knausgård posee el don de hacernos redescubrir con ojos nuevos todo lo que nos rodea.
«Su escritura impulsa al lector a descubrir las conexiones entre las pequeñas cosas cotidianas y una visión panorámica de la existencia» (Publishers Weekly).
«El arte de Knausgård parece cosa de magia. ¿Cómo consigue tomar las cosas más cotidianas, abordarlas con el lenguaje más llano y hacer que cobren vida con tal intensidad?» (Garth Risk Hallberg, The New York Times Book Review).
«Contiene espléndidos destellos sobre el misterio y el equilibrio de la naturaleza» (Henry Hitchings, Financial Times).
«Knausgård es capaz de ver el mundo en un grano de arena y el cielo en una flor silvestre» (Frances Wilson, Times Literary Supplement).
«Un libro rebosante de maravillas» (Parul Sehgal, The New York Times).