'De adolescente, creía que La vida, instrucciones de uso me ayudaría a vivir, y Suicidio, instrucciones de uso, a morir. He pasado tres años y tres meses en el extranjero. Prefiero mirar hacia la izquierda. Uno de mis amigos se deleita en la traición. Terminar un viaje me provoca el mismo dejo de tristeza que terminar una novela. Olvido lo que me desagrada. Quizá he hablado sin saberlo con alguien que ha matado a alguien. Me meto a mirar en callejones sin salida. No me da miedo lo que haya al final de la vida.' E.L. Con una prosa de tono seco y engañosamente distante, Levé expone su breve pero intensa vida al lector hasta en sus más mínimos detalles. Más o menos al azar, va hilando gustos, momentos, sensaciones, anécdotas, observaciones y pareceres personales, sobre sí mismo y sobre el mundo. Ningún aspecto queda fuera: sexo, política, estética, filosofía, arte, familia, amistad, trabajo, infancia, en una sucesión de sentencias que en la acumulación crean un ritmo hipnótico y fascinante. Un libro radical, descarnado y exquisito que poco a poco nos va desarmando, cautivando y metiendo dentro de una ficción perfecta, que fluctúa entre la realidad y el deseo, y en ese intersticio revela la fragilidad y la belleza del ser humano.